jueves, 6 de diciembre de 2012

El dormilón de Woody Allen.

Hoy voy a hablar de una de mis películas favoritas: El dormilón. Sobra decir que toda la producción de Allen (Excepto un bache llamado Vicky Cristina no se qué) me apasiona. Al margen de mis preferencias, este filme es relevante en el séptimo arte por dos razones: La crítica social y el inicio en el género de la ciencia ficción.
Que se generalice poco a poco el género cinematográfico de la ciencia ficción tiene numerosas razones. La anterior década, los años 60, se caracterizaró por una gran revolución tecnológica: televisiones, electrodomésticos, nuevos coches… Los avances espaciales que estaba haciendo la NASA como la llegada del hombre a la luna en 1969, la puesta en órbita de la estación espacial Skylab en 1973 o las sondas espaciales enviadas  influyeron en la población y a su vez en las artes.
Todos estos avances tecnológicos estaban haciendo al americano medio pensar en el futuro. El reflexionar acerca del progreso también hizo pensar en el fracaso y la autodestrucción. Desde hacía poco más de una década se había empezado a hablar de la contaminación y los riesgos de la salud debido a ésta. También la publicidad había tenido que amoldarse a los nuevos tiempos: lo que hasta hace “dos días” no producía ningún efecto adverso en la salud como era el tabaco, ahora era gravemente perjudicial (En “El dormilón” se trata este tema de manera satírica insinuando que en el futuro, se volverá a decir que es beneficioso para el organismo).
 En este momento, en EEUU, el cine de ciencia ficción daba sus primeros pasos. En 1966 Truffaut había estrenado Farenheit 451, la cual está íntimamente ligada con esta película. Además, un año antes, en 1972, Stanley Kubrick rodaba La Naranja Mecánica. El dormilón no solo extrae la temática futurista y caótica de estas películas sino que además, lo hace con la estética. “2001: Una odisea del espacio” también influyó enormemente a esta etapa del cine influenciada por la literatura de ciencia ficción.
La década de los años 70 en EEUU estaba muy ligada a las corrientes new wave y futuristas. Eran momentos de cambio en el cine. Además, Woody Allen comenzaba a familiarizarse con el lenguaje cinematográfico. Es por ello, que este filme puede parecer caótico (en ocasiones las tramas no se saldan correctamente) sin embargo, ese elemento es el que caracteriza a las primeras películas del director. Allen, hacía tan solo dos años, había dirigido “Bananas”, película que guarda un gran parecido en cuanto a temática y tipo de humor con “El Dormilón”.
“El Dormilón” es una sátira acerca de los sistemas políticos. El humor que caracteriza esta primera comedia alleniana es el humor con crítica social en los diálogos. La ironía empleado por Allen se entremezcla con el humor judío neoyorkino y da lugar a frases y reflexiones genuinas. Pero además, se caracteriza por seguir un esquema cómico clásico que se basa en el Slapstick. El Slapstick es el humor físico, gestual y visual utilizado en los inicios del cine por actores como Charles Chaplin, Harold Lloyd o Buster Keaton.
Además de utilizar gags como caídas, estropicios, persecuciones… reproduce escenas del cine mudo tal y cómo sus autores las concibieron. Es el caso de la secuencia de la fábrica de robots en la que Miles va a ser decapitado por error. El protagonista coge unas tenazas y comienza a representar lo que es una imitación muy lograda de la secuencia de la fábrica en Tiempos Modernos, brillantemente interpretada por Charles Chaplin en 1936.
La comedia de Los Hermanos Marx está muy presente en la película “El dormilón” y en todo el cine de la primera etapa de Allen. La escena del espejo en este filme es un homenaje a Groucho y Harpo en “Sopa de Ganso”. La escena en la que intentan destruir la nariz de El Jefazo también guarda similitud con otra de “Una noche en las carreras” la cual se sitúa en una consulta médica. También se aprecia cierta influencia del cine de Jacques Tati. La casa blanca y modernista que aparece en el filme de Tati “Mon oncle” de 1958 guarda cierta similitud con el decorado de “El dormilón”.
Esta cinta no solo tiene importancia por ser una de las comedias más frescas de Woody Allen o por ser la primera vez que Diane Keaton trabajaba a sus órdenes sino por su contenido reivindicativo. La crítica social que guarda el filme es fruto de una necesidad del director de responder al mundo del que estaba siendo testigo. De esta manera, Allen reflexiona acerca del progreso consiguiendo sacar una sonrisa con una historia verdaderamente triste. “El dormilón” ironiza sobre la estúpida necesidad de sustituir los movimientos y quehaceres naturales por máquinas y augura un futuro lleno de personas que carecerán de sentimientos y serán desprovistas de su humanidad.